Así fue el Reencuentro con Marta Arasanz | El Amor no es un cuento de hadas

 

El amor no es un cuento de hadas

Hola de nuevo a los lectores asiduos y nuevo hola para los que se estrenan. El post está a cargo de Jaime Hazas García, Laura Mansell Rodríguez y Ainhoa Santesteban Barrena, psicólogas/o en prácticas en el Departamento de Psicología Clínica de CIPSA.

Érase una vez… una psicóloga de Barcelona, llamada Marta Arasanz, que acudió a los Encuentros con… el pasado 31 de mayo. Marta es psicóloga especialista en sexología y profesora en la escuela de enfermería de la Universidad de Barcelona, entre otros muchos méritos profesionales, que nos deleitó con su charla El amor no es un cuento de hadas. En esta agradable charla hablamos sobre los mitos del amor romántico, utilizando como contexto, los cuentos con los que todos y todas nos hemos criado. Os contamos algunos de los mitos más emblemáticos del llamado, amor romántico:

Hechizo nº1) Amor a primera vista: El flechazo. “Lo vi cruzando el paso de cebra y, entonces lo supe: era él. El hombre con el que estaba destinada a pasar el resto de mi vida”. Las personas tendemos a buscar ideales. Todos esperamos sentir un flechazo que termine en boda, pero habitualmente, no ocurre. Lo normal es, conocer a una persona, agradarse, gustarse, atraerse…e ir viendo. Pero esto es un proceso; no es algo instantáneo.

Hechizo nº2) La media naranja: “el hombre / mujer de mi vida”, concepto que utilizamos hoy en día que viene de Platón remarcando la idea de que debemos buscar una persona que nos complemente,  atribuyendo tal cualidad, a una única y específica persona en todo el mundo. Y además, esperamos encontrarla en nuestro barrio. Como bien explicaba Marta, no sólo hay naranjas en el mundo. También hay peras, plátanos, cocos, kiwis…

Hechizo nº3) Por amor, todo vale y el amor todo lo puede: La durabilidad de una pareja se relaciona en muchas ocasiones con el éxito amoroso. Esto es un mito que se debe refutar. La relación de 45 años de Paco y Manoli, no tiene porqué ser más exitosa, excitante, pasional y feliz, que la relación de un año que mantuve con un buen amigo pero que decidimos terminar por diversos motivos. De hecho, si nos paramos a pensar, muchos podremos recordar con cariño, alguna relación corta que haya sido más feliz que otras de mayor duración.

Hechizo nº4) La persona correcta llena todos los aspectos de la vida. La pareja como uno, indivisible. Debemos compartir todos nuestros gustos y aficiones.  “¿Nos gustan los macarrones? Sí, nos gustan los macarrones”. La relación de pareja no termina con la individualidad de cada miembro que la conforma. Podemos tener diferentes gustos y opiniones. No olvidemos que somos personas distintas, que han tenido diversas crianzas y experiencias vitales, ¿cómo vamos, entonces, a ser iguales?

Hechizo nº5) La plena compenetración sexual es prueba irrefutable de amor. O no. Puede haber parejas con las que sintamos un mayor entendimiento sexual que con otras. Al igual que puede haber parejas que no tengan una vida sexual activa, y sean igual de felices que otras, o más.

Hechizo nº6) Los celos son una prueba de amor. Esta idea nace en el amor cortés en el que se utilizaba la premisa “para saber amar, hay que saber celar” la cual se vinculaba con un concepto de propiedad, inseguridad y baja autoestima.

Y habiendo refutado estos mitos, nos despedimos para… ser felices, y comer perdices. O lo que le guste a cada uno, y os invitamos a leer la segunda parte de este artículo que se publicará  próximamente: Dependencia emocional, donde expondremos el tema trabajado por Marta Arasanz, tanto en las XIII Jornadas Nacionales de Actualización de violencia de género, organizadas por CIPSA en la Rioja este pasado Marzo de 2023, como en esta última charla con la que nos ha vuelto a deleitar.


Jaime Hazas, Laura Mansell y Ainhoa Santesteban
Psicólogas en prácticas en el Departamento de Psicología Clínica
del Centro Interdisciplinar de Psicología y Salud, CIPSA

 

 

Irracionalidad en Sexualidad

Hola de nuevo a los lectores asiduos y nuevo hola para los que se estrenan. El post está a cargo de Ainhoa Santesteban Barrena, psicóloga en prácticas en el Departamento de Psicología Clínica de CIPSA.

La sexualidad es un conjunto de actitudes y comportamientos y una combinación de sentimientos y creencias relacionados con el acto sexual, la identidad y rol de género, el erotismo, el placer, la intimidad y la reproducción. Es un aspecto central del ser humano que lo acompaña durante toda su vida, siendo una fuente de bienestar físico, psicológico, intelectual y espiritual. La sexualidad tiene tres funciones: está implicada en el proceso de reproducción, está relacionada con distintas formas de sentir y de provocar placer, e influye en la forma de comunicarnos y relacionarnos con otras personas. La base de la mayoría de los problemas sexuales que se ven en consulta, en general, vienen fundados por el mantenimiento de filosofías exigentes y absolutistas con respecto a sí mismos, a los demás o a la sexualidad.

Entre las exigencias a sí mismo encontramos ideas dogmáticas como “tengo que ser muy competente sexualmente y conseguir la aprobación y admiración de mi pareja sexual para considerarme valioso, puesto que, si fracaso en el intento, será terrible y demostraré que soy una persona carente de valor”. Esta creencia irracional suele generar ansiedad, vergüenza, culpa y sentimientos de inferioridad e incompetencia. En cuanto a las exigencias hacia los demás, caben destacar ideas irracionales del estilo a “mi pareja sexual tiene que saber qué es lo que me apetece y actuar en consecuencia y, si no lo hace, eso quiere decir que es un bruto desconsiderado que no merece que le dé un momento de placer”. Esta idea suele producir mucha rabia y resentimiento y crea conflictos y discusiones innecesarias. Por último, con respecto a las exigencias a la sexualidad, encontramos creencias del estilo a “mi sexualidad y la manera en que la vivo debe ser fácil, placentera, sin complicaciones ni dificultades y proporcionarme todo lo que quiero; de lo contrario, no lo soporto y es demasiado difícil tener que esforzarme en mejorarla”.  Esta idea suele generar depresión y victimismo y conduce a una baja tolerancia a la frustración y al hedonismo a corto plazo. Además, es uno de los problemas más frecuentes y causante de la mayoría de abandonos y retrasos en terapia.

En definitiva, estas presunciones tan exigentes generan poco disfrute sexual, mucha frustración y sentimientos de incompetencia. Evitar afrontar los problemas sexuales por miedo al rechazo y al fracaso es uno de los núcleos principales de la intervención terapéutica. ¿Llegaremos a permitirnos fallar en nuestras relaciones sexuales sin torturarnos por ello? Al fin y al cabo, “una vida sexual sana y placentera no está exenta de problemas y dificultades, pero sí la reacción poco realista y dramatizada ante los mismos”.

Como siempre, un abrazo de 20 segundos para cada lector/a.


Ainhoa Santesteban Barrena
Psicóloga en prácticas en el Departamento de Psicología Clínica
del Centro Interdisciplinar de Psicología y Salud, CIPSA

Ángela Carrera Camuesco
Psicóloga Clínica y directora de CIPSA 

Imágenes: Created by Gustavo Fring ~  Pexels

 

¿Qué entedemos por Trauma?

Hola de nuevo a los lectores asiduos y nuevo hola para los que se estrenan. El post está a cargo de Laura Mansell Rodríguez, psicóloga en prácticas en el Departamento de Psicología Clínica de CIPSA. El trauma es una herida emocional que se origina por haber sido víctima (o haber sido testigo) de  un evento muy estresante, como percibir graves amenazas a la vida o recibir daños; presenciar la muerte o heridas graves de otra persona como resultado de un accidente, o de un acto de violencia física.

Cuando nuestra mente no es capaz de gestionar esta situación tan traumática, se puede llegar a desarrollar lo que conocemos como Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT). Este trastorno comenzó a estudiarse por la sintomatología que presentaban los soldados que volvían de la II Guerra Mundial, que habían sido testigos o víctimas de terribles atrocidades.

Es común que las personas que sufren TEPT muestren los siguientes síntomas:

  1. Revivir el suceso traumático: Las personas con TEPT, suelen revivir de forma frecuente y agresiva el suceso traumático, ya sea en forma de pesadillas, flashbacks…
  2. Evitación: Las personas con TEPT, tienden a evitar características relacionadas con el suceso traumático, como: el lugar en que ocurrió, personas con mismos rasgos que su abusador (por ejemplo, hombres con bigote) ...
  3. Estado de gran alerta: Después de un suceso traumático, nos mostramos más vigilantes y reactivos o defensivos ante cualquier situación. Estos comportamientos pueden derivar en dificultades de concentración, irritabilidad o insomnio.
  4. Disociaciones: Una disociación es una desconexión de la realidad; surge como un mecanismo de defensa del cerebro frente a la ocurrencia de un trauma, haciendo que la persona se evada de donde está. Las disociaciones pueden llegar a afectar gravemente a la memoria, haciendo que la víctima no sea capaz de recordar nada del suceso traumático, o que una persona no sea capaz de identificar un trauma pasado.

¿Qué significa que la disociación, es un mecanismo de defensa del cerebro? Cuando una situación que puede acarrear muchísimo sufrimiento, sobrepasa los recursos necesarios de la persona para gestionarla, surge la disociación para protegernos de este daño (ya sea físico o emocional),  alejándonos mentalmente del evento traumático. Veamos algunos ejemplos:

  • La víctima de un atentado en un tren, es capaz de escapar del mismo incluso con una pierna rota y otras heridas graves, ¿cómo es esto posible?
  • A parte de la función de determinadas hormonas (como la adrenalina, que tiene un efecto analgésico, o el cortisol, que en situaciones estresantes, nos preparan para la huída o la lucha); la disociación también puede cumplir un papel importante. En este ejemplo, la mente se desconecta del dolor físico y emocional, y de las sensaciones del cuerpo, lo que hace posible que el hombre escape y ponga su vida a salvo.
  • Una mujer es víctima de una violación y, tras el suceso, es incapaz de recordar nada. Su mente ha escapado de la situación traumática, apartándola de sus emociones y del dolor físico para protegerla de una situación que no podía procesar.
  • Un niño criado en un ambiente agresivo, que es testigo de las fuertes discusiones y situaciones violentas entre sus padres, podría llegar a disociar para alejarse del dolor emocional que ello le supone.

¿Cuándo ocurren las disociaciones? No todas las personas que desarrollan TEPT, sufren disociaciones. Pero, en las personas que sí las viven, pueden darse en cualquier momento:

  • Durante el evento traumático: Como explicamos antes, como mecanismo para evadir la mente de lo que está ocurriendo.
  • Después del evento traumático: Pueden aparecer en cualquier momento, incluso años más tarde. Suelen aparecer, cuando la persona que ha sufrido el trauma se reencuentra con algún estímulo (alguna situación específica) que le recuerda el evento traumático (como un olor en específico, una canción; un lugar…)

¿Cómo saber si estoy sufriendo una disociación? Hay dos tipos de disociaciones muy comunes:

  • Despersonalización: Las personas describen esta situación, como si fuese una desconexión de uno mismo: “Lo viví como si le estuviese ocurriendo a otra persona”.
  • Desrealización: Es una desconexión de la realidad que se está viviendo como si estuvieras en un sueño, o como si estuvieses dentro de una película…tienes la sensación de que nada es real: “Yo estaba ahí, pero me sentía como si de una pesadilla se tratase”.

¿Se puede superar un trauma? Sí. La psicología cognitivo-conductual cuenta con abordajes terapéuticos con gran evidencia científica desde las que podemos trabajarlo. Pero, el primer paso, es ponernos en manos de profesionales de la psicología colegiados que puedan acompañarnos y guiarnos durante el proceso.

Como siempre, un abrazo de 20 segundos para cada lector/a.


Laura Mansell Rodríguez
Psicóloga en prácticas en el Departamento de Psicología Clínica
del Centro Interdisciplinar de Psicología y Salud, CIPSA

Ángela Carrera Camuesco
Psicóloga Clínica y directora de CIPSA 

Imágenes: Created by Maria Eduarda Loura Magalhães ~  Pexels

 

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